23 minutos en el infierno


23 minutos en el infierno
Bill Wiese: (Spanish)


 
TRANSCRIPCIÓN DEL TESTIMONIO DE BILL WIESE:
 “23 MINUTOS EN EL INFIERNO”
Esta transcripcion pertenece a la convención en Kansas City, KS llamada “Kansas City para America”.
La experiencia en el Infierno sucedio un 23 de Noviembre de 1998.
Para la historia completa, por favor compre el libro!

(Bill Wiese hablando)
Es un honor dirigirme a ustedes y es una tremenda bendición para nosotros. Estamos en el negocio de bienes raíces. No hacemos esto para vivir. No hacemos esto por dinero. Sólo sabemos que Dios nos dijo que vayamos y digamos al mundo acerca de su amor hacia los hombres y acerca del lugar que Dios no quiere que su creación vaya. Por eso es que estamos aquí.

Primero, debo mencionar varias preguntas que podrían estar en sus mentes.
La primera pregunta la haría yo mismo.  Si fuera el oyente preguntaría, ¿cómo sabes que no fue un mal sueño lo que tuviste o una pesadilla?

Quiero establecer un par de puntos.
Primeramente, en esa experiencia yo salí de mi cuerpo.
Cuando regresé, vi mi cuerpo tirado en el suelo, y por lo tanto estoy seguro que fue una experiencia fuera del cuerpo.
Algunos cristianos afirman que, “ningún cristiano puede salir fuera de su cuerpo.”
Pero eso no es verdad, en 2ª de Corintios 12: 2, cuando Pablo fue llevado al tercer cielo, comenta;
“Si en el cuerpo o fuera del cuerpo no lo sé.
Por lo tanto, si él no lo sabía, significa que es posible.

También dijo en el verso 1 que fue una visión, así que creo que esto puede clasificarse como una visión.

En Job 7:14 dice: “me asustas con sueños, y me aterras con visiones.”
Y eso fue definitivamente lo que el Señor Jesús hizo, me aterrorizó con una visión.
Cuando regresé de esta visión, necesité un año para recuperarme y volver a ser una persona normal.
Yo estaba tan traumatizado por ese miedo que sentí, que mi punto de vista de como testificar y apreciar aquello de lo que Dios nos libró, cambió totalmente.

Le he pedido a mi esposa que comparta con vosotros, el momento en que ella me encontró en la sala de nuestro hogar, porque yo no recuerdo esa parte.
Y quiero que ella lo explique en pocas palabras.


(Annette esposa de Bill hablando)
¡Gracias querido!
Eran las 3:23 de la mañana cuando desperté.
Recuerdo esto porque miré nuestro reloj digital y noté que Bill no estaba a mi lado.
Escuché gritos que venían de nuestra sala y fui hacia allá.
Al llegar encontré a mi esposo de un estado que no lo había visto antes.
Cualquiera que conozca a Bill sabe que él por naturaleza es muy conservador, un hombre muy calmado y profesional.  El no es el tipo de persona que grita o se emociona por cualquier cosa.
Pero el asunto es que lo vi allí traumatizado, literalmente traumatizado; sosteniendo su cabeza entre las manos, gritando y llorando, desplomado en el suelo de nuestra sala, y yo no sabía qué hacer.
Pensé que estaba sufriendo un ataque cardiaco. Así que comencé a orar, y él me gritó diciendo:
“Ora para que el Señor Jesús me quite esto de mi mente. Jesús me llevó al infierno y siento que mi cuerpo está muriendo. No lo puedo soportar.”
Así que comencé a orar por él, no sé, quizá durante diez o veinte minutos, y él comenzó a calmarse; pero él estaba literalmente bajo un estado de shock, como uno que viene de Vietnam y luego tiene pesadillas recurrentes, o uno que revive un terrible accidente.
No era alguien que simplemente despertaba de un mal sueño. Y yo necesitaba testificar esto.

(Bill Wiese hablando)
Soy una persona bendecida y con mucha suerte por tener una gran mujer.
Estoy muy agradecido a Dios por ella. Hemos estado casados cuatro años, nos hemos conocido desde hace seis y han sido los mejores seis años de mi vida.

Lo primero que quise saber, después de haber tenido esta experiencia, fue si habría alguien en la Biblia que hubiera tenido una experiencia en el infierno. Así que comencé a investigar.
Encontré y escuché a Chuck Missler. Él es un maestro de la Biblia que enseña a través de la nación, un erudito, y él dice que Jonás experimentó el infierno.
En Jonás 2:2 dice: “desde el seno del Seol clamé.”
Y en Jonás 2:6 dice: “la tierra echó sus cerrojos sobre mí para siempre; mas tú sacaste mi vida de la sepultura”
Así que al menos hay alguien en la Biblia que experimentó el infierno: Jonás.

Quería saber esto porque durante mi primera etapa de conversión al cristianismo en la Capilla del Calvario, aprendí que toda experiencia espiritual que tengamos debe estar avalada y registrada en la Palabra de Dios.
Así que entendía que si lo que había experimentado era real, estaría en la Palabra de Dios.
Por eso comencé a investigar y encontré alrededor de cuatrocientos textos que describen lo que vi, oí y sentí.

Todo lo que tiene que ver con el infierno, ya está en la Biblia, por eso lo que les digo, ya está en la Palabra de Dios.  Luego haré referencia a algunos de estos textos.

Supe también de unas 14 personas que experimentaron alguna pequeña experiencia en el infierno.
La mayoría de estas experiencias fueron de personas que estuvieron cerca de la muerte, hospitalizadas, a punto de morir, y que luego pudieron regresar.


Vayamos pues al asunto.
Mi esposa y yo fuimos a un culto de oración el domingo por la noche, al cual siempre asistimos con nuestros pastores, y luego regresamos a casa como cualquier otra noche normal.

A eso de las tres de la madrugada, viví la experiencia.
No supe como llegué allí hasta que regresé, y el Señor Jesús me lo explicó.


Me encontré tirado en la celda de una prisión, como cualquier celda que puedas imaginar, con paredes de piedra, barrotes en la puerta, pero yo no sabía donde estaba.
Yo sólo sabía que me sentía extremadamente caliente. Estaba tan caliente que no podía creer que estuviera vivo en esa celda. Pensé que debería haberme desintegrado con ese calor tan intenso, pero curiosamente seguía vivo.

Hubo luz en aquel cuarto por un breve instante y creo que la presencia del Señor Jesús estaba allí para que yo pudiera ver aquel escenario.  Pero luego todo volvió a oscurecer.

En Isaías 24:22 dice: “Y serán amontonados como se amontona a los encarcelados en mazmorra, y en prisión quedarán encerrados.”

Proverbios 7:27 dice: “Camino al Seol es su casa, que conduce a las cámaras de la muerte.”
Cámara significa cuarto interior, así que parte del infierno tiene celdas de prisión en cámaras, hornos de fuego y grandes áreas de fuego. Y yo estaba en una celda de prisión en ese momento.

Leamos entonces la siguiente escritura en Jonás 2:6, donde dice: “La tierra echó sobre mí sus cerrojos para siempre.”

Y Job 17:16 dice: “A la profundidad del Seol descenderás.” Por eso todo lo que vi, está en la Palabra de Dios.

La sepultura que menciona Isaías 14:19, es el infierno.


Me vi en una celda y estas cuatro criaturas estaban allí conmigo.
En ese momento yo no sabía que ellos eran demonios, porque fui llevado allí como una persona inconversa.
Dios quitó de mi mente que yo era salvo y convertido. No supe porqué pero Él me lo explicó durante el camino de regreso.

No sabía lo que eran estas criaturas, pero eran enormes, de 12 o 13 pies de alto (3,8 mts).
De forma curiosa, una de las personas que da su testimonio, vio el mismo demonio que yo vi.
Si escuchan el testimonio de Kenneth Heagan, verán una buena descripción de este demonio que aparece en su video, donde un muchacho está siendo arrastrado por las barras del infierno.

Todos los demonios eran escamosos. Uno de ellos tenía escamas por todo su cuerpo y mandíbulas gigantes que sobresalían con unos enormes dientes y ojos hundidos.
Era realmente enorme.
El otro era horrible y tenía unas aletas bien afiladas por todo su cuerpo.
Tenía unos brazos largos, fuera de proporción, al igual que sus pies, y todo en él era deforme, torcido y fuera de simetría.
No había simetría. Un brazo largo, un hombro… era una criatura horrenda, muy horrenda.
Ellos maldecían a Dios todo el tiempo.

Yo me preguntaba, “¿Por qué estas criaturas maldicen a Dios? ¿Por qué odian tanto a Dios?”
Entonces ellas volvieron su atención hacia mí. Yo sentí que me tenían el mismo odio que le tenían a Dios. Y pensé, “¿Por qué me odian? Yo no les he hecho nada.” Pero ellos me odiaban con un odio que yo nunca había percibido en la tierra. Mucho más allá de toda habilidad que el hombre tenga para odiar.  Y supe que habían sido asignados para torturarme.

Hay algunas cosas que voy a decir, que no sé cómo las supe. Es como si en el infierno tus sentidos estuvieran más agudizados. Eres más consciente de lo que eres en tu cuerpo físico aquí en la tierra.
Yo era más consciente de las distancias, del tiempo y de muchas otras cosas.
Una de las cosas que sabía era que ellos fueron asignados para torturarme para siempre en ese lugar.
Me di cuenta que estaba acostado en el suelo de la celda y que no tenía absolutamente ninguna fuerza en mi cuerpo.
Y yo me preguntaba, ¿Por qué no puedo moverme? ¿Qué me está pasando?

Yo era consciente de que tanto a mi esposa como a mí nos gusta practicar algún tipo de deporte, lo sabía, pero allí no tenía fuerzas, estaba indefenso tirado en el suelo.
Entonces uno de los demonios me agarró, me levantó y me tiró contra la pared, como quien coge un vaso y lo tira contra la pared; así de liviano era yo, o así de fuerte era él.
Cada hueso de mi cuerpo se rompió, los sentí romperse. Sentí dolor, y allí, tirado en el suelo comencé a clamar misericordia. Pero estas criaturas no tenían ninguna misericordia, absolutamente ninguna. Uno me levantó, y el otro con sus aletas afiladas rasgaba mi carne en hilachas y la arrancaba de mí, sin ningún cuidado por este cuerpo que Dios formó tan maravillosamente.

Era un odio muy intenso contra mí y yo me preguntaba por qué estaba vivo, por qué estaba pasándome esto. No podía entender por qué no estaba muerto. La carne colgaba de mi cuerpo en hilachas, pero no había agua ni sangre, sólo carne colgando, porque la vida está en la sangre y en el infierno no hay vida. Tampoco en el infierno hay agua.

En Isaías 14:9-10 dice: “El Seol abajo se espantó de ti; despertó muertos que en tu venida saliesen a recibirte... Todos ellos darán voces, y te dirán: ¿Tú también te debilitaste como nosotros…?” 
Salmo 88:4 dice: “Soy contado entre los que descienden al sepulcro; soy como hombre sin fuerza.”
Nosotros sabemos que el diablo tiene fuerza, porque la Biblia comenta una historia sobre un endemoniado corriendo por los sepulcros,

Marcos 5:1-4  “Vinieron al otro lado del mar,  a la region de los gadaremos.
Y cuando salio Él de la barca, en seguida vino a su encuentro, un hombre con un espíritu inmundo, que tenía su morada en los sepulcros, y nadie podía atacarle, ni aún con cadenas.
Porque muchas veces había sido atado con grillos y cadenas, mas las cadenas habían sido hechas pedazos por él, y desmenuzados los grillos; y nadie le podia dominar.”

Ellos no lo podían amarrarlo; porque él rompía las cadenas en pedazos. Él era sólo un hombre con fuerza demoníaca. También entendí que ellos tienen mil veces la fuerza del hombre.
Si hubiera tenido mi fuerza natural, tampoco hubiera podido contra ellos.
Yo estaba a su merced y ellos no tenían ninguna misericordia. Los demonios rigen tu vida en el Infierno.
El olor de estos demonios y el olor en el infierno era tan atroz, que no puedo describirlo, pero lo intentaré. Es como el olor de la carne quemándose, a sulfato, así era el olor de los demonios. Era como una alcantarilla abierta, como carne podrida o huevos podridos y leche dañada, y todo lo que puedas imaginar, sólo que mil veces peor. Era tan tóxico, que te mataría si tú estuvieras vivo.
Yo me preguntaba ‘Por qué permanezco vivo con este olor?’ Era tan horrendo, pero no puedes morir. Tienes que soportarlo.
Ellos maldecían a Dios con profanidades. Esto se menciona en la Biblia.
Ezequiel 22:26 ”he sido profanado en medio de ellos.”  Sus sacerdotes violaron mi ley, y contaminaron mi santuarios, entre lo santo y lo profano no hicieron diferencia; ni distinguieron entre inmundo y limpio; y de mis dias de reposo apartaron sus ojos, y yo he sido profanado en medio de ellos”
La palabra profanar significa ‘degradar con un lenguaje vulgar y blasfemo.’
Las torturas que ellos me hacían también están mencionadas.
Deuteronomio 32:22-24, donde dice  “Porque fuego se ha encendido en mi ira y arderá hasta las profundidades del Seol… Consumidos serán de hambre, y devorados de fiebre ardiente y de peste amarga; dientes de fieras enviaré también sobre ellos, con veneno de serpientes de la tierra.”
2ª de Samuel 22:6 dice: “las ligaduras del Seol me rodearán;”

Y en Miqueas 3:2 hay una escritura interesante que dice que los filisteos, quienes odiaban a los israelitas, amaban el mal y odiaban el bien, les arrancaban la piel y la carne de los huesos.
Eso fue lo que les hicieron a los israelitas; eso fue lo que ellos hicieron en lo natural, pero ¿de dónde sacaron esa idea? La sacaron del infierno. Porque eso es lo que los demonios hacen.

Y en cuanto a la misericordia, sólo hay misericordia en el cielo, porque la misericordia viene de Dios. El diablo no conoce la misericordia. El está totalmente en contra de ella.

Salmo 36:5 “Jehová, hasta los cielos llega tu misericordia.”
Definitivamente la misericordia no está en el infierno.

Salmo 74:20 dice: “Porque los lugares tenebrosos de la tierra están llenos de habitaciones de violencia.”
Es un lugar cruel, miserable y horrible que tienes que soportar.

Otro punto importante es que Dios hizo de la humanidad la más alta forma de su creación y estos demonios son la forma más baja.
Como humanos nosotros trabajamos duro para salir adelante en la vida, nos superamos y estudiamos. Y en el infierno tu vida está regida por los demonios.
Estas criaturas tienen un consciente intelectual de cero. Son absolutamente ignorantes.
Lo único que saben es odiar a Dios y a ti, y torturarte. Eso es todo lo que ellos saben hacer.
Ellos controlan tu vida y no puedes hacer nada para evitarlo.

Hay textos biblicos que hablan acerca de eso.
Hay textos que hablan acerca de la humillación que tienes que soportar, “Saber que esa cosa va a controlar tu vida y no la puedes detener!

Isaias 5:14-15 Por eso ensancho su interior el Seol, y sin medida extendió su boca; y allá descenderá la gloria de ellos, y su multitud, y su fausto, y el que en él se regocijaba.
Y el hombre será humillado, y el varón será abatido, y serán bajados los ojos de los altivos.”

Habacuc 2:5 “ensanchó como el Seol su alma, y es como la muerte, que no se saciará…”

Isaías 57:9-16 “Y fuiste al rey con un ungüento, y multiplicaste tus perfumes, y enviaste tus embajadores lejos, y te abatiste hasta la profundidad del Seol.
En la multitud de tus caminos te cansaste, pero no dijiste: No hay remedio; hallaste nuevo vigor en tu mano, por tanto, no te desalentaste, ¿Y de quién te asustaste y temiste, que has faltado a la fé, y no te has acordado de mí, ni te vino al pensamiento? No he guardado silencio desde tiempos antiguos, y nunca me has temido? Yo publicaré  tu justicia y tus obras, que no te aprovecharán.  Cuando clames, que te libren tus ídolos; pero a todos ellos llevará el viento, un soplo los arrebatará; mas el que en mí confia tendrá la tierra por heredad, y poseerá mi santo monte.  Y dirá: Allanad, allanad; barred el camino, quitad los tropiezos del camino de mi pueblo. Porque así dijo el Alto y Sublime, el que habita la eternidad, y cuyo nombre es el Santo;
Yo habito en la altura y la santidad, y con el quebrantado y humilde de espíritu, para hacer vivir el espíritu de los humildes, y para vivificar el corazón de los quebrantados. Porque no contenderé para siempre, ni para siempre me enojaré; pues decaería ante mi el espíritu, y las almas que yo he creado.”
Ezequiel 32:24 dice, “Allí Elam, y toda su multitud por los alrededores de su sepulcro; todos ellos cayeron muertos a espada, los cuales descendieron incircuncisos a lo más profundo de la tierra, porque sembraron su terror en la tierra de los vivientes, mas llevaron su confusión con los que descienden al sepulcro.”

Y asi sigue, y sigue. Era una cosa horrible, tener que ser manipulado por esas criaturas, que no tienen ninguna misericordia de tí.

(La oscuridad y los gritos en el Infierno)
Yo estaba tirado en la celda y se puso oscuro, muy oscuro.
Quiero decir: tinieblas cual nunca antes yo había sentido, y yo he estado en cuevas, en profundas minas de hierro en Arizona, y esas eran tinieblas que no puedes imaginarte.

De alguna manera, logré arrastrarme fuera de la celda. Aparentemente ellos me dejaron hacerlo, y yo sabía donde quedaba la puerta. Así que me arrastré hacia ella y cuando sentí que había salido fuera de la celda, miré en una dirección, y todo era oscuridad. Todo lo que se escuchaba eran gritos, billones de personas gritando en este lugar.
Yo supe que eran billones; era un ruido muy fuerte.
Si alguna vez has escuchado a alguien gritar, es algo molestoso, ¿no? Pues cuando escuchas billones de personas gritando, puedes imaginar como esto afecta tu mente; no puedes soportarlo, deseas taparte los oídos pero es tan penetrante que no puedes evitar escucharlos.
Y el miedo que te sobrecoge es increíble, porque aquel lugar está dominado por el miedo, pues no hay presencia de Dios en ese lugar. De modo que tienes que soportar el miedo, el tormento y la total oscuridad donde no puedes ver nada, ni siquiera puedes saber lo que viene en contra de ti.
La Escritura habla acerca de esas tinieblas en el Salmo 88:6 donde habla de: “tinieblas en lugares profundos.”

Apocalipsis 16:10 El quinto angel derramó su copa sobre el trono de la bestia, y su reino se cubrió de tinieblas, y mordían de dolor sus lenguas.
Judas verso 13 fieras ondas del mar , que espuman su propia vergüenza; estrellas errantes para las cuales está reservada eternamente la oscuridad de las tinieblas.
Hay una oscuridad que se puede sentir.
De acuerdo a Exodo 10:21 Entonces el Señor le dijo a Moisés, “Estrecha tu mano hacia el cielo para que haya tinieblas sobre la tierra de Egipto, tanto que cualquiera las palpe.”
Tú puedes sentir las tinieblas.

(El miedo en el Infierno)
Y el temor, debo decirte, era tan poderoso que te atrapaba.
¿alguna vez has visto una película de terror donde se te erizan los pelos?
¡Ese segundo! Si puedes recordarlo y multiplicarlo por mil e inmortalizarlo, así es como estás todo el tiempo, y yo conozco algo sobre el miedo.

Hubo un tiempo en mi juventud cuando solía deslizarme en el acuaplano o tabla de surfing; todavía lo hago de vez en cuando, pero cuando era un jovencito, estábamos en Cocoa Beach, Florida deslizándonos en el acuaplano, cuando vimos un grupo de tiburones que venían hacia nosotros, y un tiburón tigre de unos 9 pies de largo se acercó y mordió mi tabla partiéndola por la mitad, me agarró por la pierna y me haló hacia abajo, así que mi pierna estaba en la boca de este tiburón gigantesco.
Yo no era cristiano entonces, esto fue antes de que fuera salvo y convertido.
De repente, me soltó. Yo sé que Dios permitió que el tiburón abriera la boca. Pero por esos breves momentos, el miedo que te sobreviene es absolutamente aplastante.

Si tú has visto la vieja película “TIBUR
ÓN,” ese miedo nada  se compara con lo que le sucede a uno en ese momento. El miedo era aterrador, y al muchacho que estaba a unos pies de mí, el tiburón le arrancó la pierna de un solo golpe y lo arrastró por la playa. Había sangre por todos lados, gritos, y a él le faltaba una pierna. Por tanto, yo entiendo lo que es el miedo, pero ese miedo no se compara en nada, absolutamente nada, con el miedo que sentí en el infierno.
No existe comparación. Y yo pensaba que ese era uno de los peores miedos que pudiéramos experimentar en la tierra, y esas son algunas de las cosas que tienes que soportar en el infierno.

En Isaías 24:17-18 dice: “Terror, foso y red sobre tÍ, oh morador de la tierra… voz del terror.”
Aún en las prisiones de la tierra los presos gritan; ¿cuánto más en el infierno?
En Job 18:14 habla acerca de la suerte de los malos diciendo, “al rey de los espantos será conducido.” El diablo es, definitivamente, el rey de los terroristas.

Ahora yo estaba fuera de la celda y miré en una dirección y otra, y pude ver unas llamas de fuego. Yo estaba como a diez millas de ellas. Supe que eran 10 millas, y este hoyo de fuego medía como 3 millas de ancho. Las llamas aclararon el horizonte lo suficiente para ver el panorama del infierno. Las tinieblas eran tan densas que devoraban cualquier luz, pero había suficiente luz para ver un poco el horizonte.

Todo era color marrón, desolado. Quiero decir, ni una hoja verde. Nada de vida de ninguna especie. Sólo piedras, suciedad y un firmamento oscuro. Había una niebla tóxica en el ambiente. Las llamas subían muy altas, y me permitieron ver el lugar.
Hay una escritura en Deuteronomio 29:23 que dice,
“Azufre y sal, abrasada toda su tierra; no será sembrada, ni producirá, ni crecerá en ella hierba alguna…”
No hay vida de ningún tipo en el infierno. Es tan extraño estar en un mundo donde no hay vida como la disfrutamos aquí. Los árboles y el aire fresco y todo lo demás. Nada de eso. Todo allí es absoluta mortandad.
Y cuando hablo del calor, éste era tan intenso, que no se puede describir.
Dice en Deuteronomio 32:22,
“Porque fuego se ha encendido en mi ira, y arderá hasta las profundidades del Seol…”
En Judas verso 7 dice,  “sufriendo el castigo del fuego eterno”, y el Salmo 11:6 habla de “fuego, azufre y viento abrasador.”

Eso es lo que está pasando en el infierno. Es tan caliente. Todas estas cosas deberían matarte, pero no mueres, sino que tienes que continuar soportando todas esas cosas.
Yo quería paz mental para alejarme de esos gritos y salir de allí; como cuando tú quieres regresar a casa después de un día ruidoso y difícil. Pero allí tienes que soportar todos esos gritos y tormentos. Y nunca jamás puedes librarte de ellos. Nunca.

Isaías 57:21 dice  “no hay paz para los impíos, dice el Señor.”

También estás desnudo en el infierno. Esta es otra de las cosas que tienes que soportar; algo vergonzoso. Y hay una escritura que habla de la vergüenza, y se encuentra en Job 26:6,
“El Seol está descubierto delante de él, y el Abadón no tiene cobertura.”

Eso significa que Dios puede ver dentro del infierno. Así que es observable para Él.

(Sequedad)
No hay agua en el infierno. No hay humedad en el aire. Es totalmente seco.
Te sientes desesperado por una gota de agua; tan sólo una.

Como dicen las Escrituras en Lucas 16:23-24,
“Y en el Hades, el rico alzó sus ojos, estando en tormentos, y vió de lejos a Abraham, y a Lázaro en su seno. Entonces él, dando voces, dijo: Padre Abraham, ten misericordia de mí, y envía a Lázaro para que moje la punta de su dedo en agua, y refresque mi lengua; porque estoy atormentado en esta llama.”

Quisiera mencionar algunos puntos de esta escritura. Él sólo quería mojar la punta de su dedo en agua; solo una gota hubiera sido preciosa. Una gota; pero ni siquiera tienes eso.
Absolutamente desesperado por una gota de agua.

Otra cosa que me fue revelada en las Escrituras es que en la historia del rico y Lazaro, sabemos que había un abismo entre ellos, entre el paraíso y el hades.
Y el hombre rico vio a Abraham a una gran distancia.
En nuestro mundo natural, ¿cómo podía el rico reconocer a Lázaro y a Abraham? Primeramente, él nunca conoció a Abraham, y segundo lugar, para ver a alguien a esa distancia, no sabrías distinguir quienes son. Pero, como yo había mencionado antes, en el infierno tú conoces la distancia y lo profundo de las cosas.

Uno de los demonios me agarró, me arrastró de regreso a la celda y comenzó a atormentarme otra vez.  Realmente odio hablar de esto, porque no deseo recordarlo.
Pero ellos comenzaron a apretar mi cráneo y un demonio me agarró y trató de aplastar mi cabeza. Yo gritaba y rogaba por misericordia; pero no había misericordia.

Para entonces, uno de ellos agarró mi brazo y el otro mi pierna. Estaban a punto de arrancar mis piernas y brazos. Entonces pensé, “no puedo soportar esto, no puedo soportar esto,”

(A un lado del Pozo)
De repente alguien me agarró y me empujó fuera de esta celda. Yo sé que fue el Señor Jesús, pero entonces no lo sabía. Yo estaba allí como un inconverso. Así que no sabía estas cosas.
Yo fui allí como si nunca hubiera aceptado al Señor Jesús.
Luego fui llevado cerca del fuego que había visto. Estaba parado a la orilla del hoyo, y debajo de la caverna. Era como una cueva gigante, como un túnel hacia arriba.
Y junto al fuego podía ver a través de las llamas lo suficiente para ver los cuerpos, personas en el fuego, gritando, gritando por misericordia, quemándose en este lugar, y yo sabía que no quería estar allí. El dolor que había soportado era más que suficiente. Pero el calor y las llamas eran peor. Y estas personas estaban implorando salir de allí.
Había una enorme criatura vigilando al borde del hoyo. Las personas trepaban tratando de salir, pero eran empujadas de nuevo hacia el fuego. A ninguno se le permitía salir. Y yo pensé, “oh, este lugar es tan horrible y espantoso.”
Todas estas cosas sucedían a la misma vez. Tienes sed, hambre, estás exhausto y tampoco puedes dormir en el infierno. Necesitas dormir, tal como lo necesitamos ahora; nuestro cuerpo necesita reposar.

En Apocalipsis 14:11 dice: “Y el humo de su tormento sube por los siglos de los siglos. Y no tienen reposo de día ni de noche…,”
No puedes dormir. ¿Puedes imaginarte como será eso?

Y en Zacarías 9:11 dice:  “…yo he sacado tus presos de la cisterna en que no hay agua.”
No hay agua en el infierno.

Yo sabía que la ubicación del infierno era en el centro de la tierra. Allí es donde está.
En el centro de la tierra. Yo sabía que estaba a 3,700 millas de profundidad en la tierra.
El diámetro de la tierra es de 8,000 millas y la mitad de eso serían 4,000 millas. Yo estaba a 3,700 millas de profundidad.
En Efesios 4:9 habla que Jesús descendió a las partes más bajas de la tierra.

En Números 16:32-33 dice, “Abrió la tierra su boca, y los tragó a ellos, a sus casas, a todos los hombres de Coré, y a todos sus bienes. Y ellos, con todo lo que tenían, descendieron vivos al Seol, y los cubrió la tierra…”

Allí es donde está el infierno ahora mismo.

Más tarde la muerte y el Hades serán lanzados al lago de fuego.
Esto será después del juicio, pero ahora mismo el infierno está en la tierra.

(Demonios)
Yo estaba en la orilla de este hoyo de fuego, y vi todos estos demonios alineados a lo largo de los pasillos, de todo tamaño y forma; cada clase de horribles y deformes criaturas que puedas imaginar. Todas estas criaturas estaban torcidas y deformes. Enormes, pequeños, habían gigantes, arañas enormes, (5 pies de alto) , ratas, serpientes y gusanos; y la Biblia habla acerca de los gusanos en Isaías 14:11.

Allí hay toda clase de criaturas abominables. Por todos lados. Y parecían estar encadenadas a las paredes. Me pregunté por qué estas cosas estaban encadenadas a las paredes.
No lo comprendía. Hay texto que se encuentra en Judas verso 6, que dice:
“Y a los ángeles que no guardaron su dignidad, sino que abandonaron su propia morada, los ha guardado bajo oscuridad, en prisiones eternas, para el juicio del gran día.”
Así que quizás fue eso lo que vi. No sé, pero eso fue lo que pareció ser.
Yo me alegré porque no quería que ellos me alcanzaran. Todos ellos me odiaban con pasión.
Otra cosa que yo no podía entender es que ellos no eran simples criaturas.
Sentían odio hacia la humanidad. Por tanto me alegré de que estuvieran encadenados a la pared.

Comencé a ascender en esta caverna, por este túnel, y dejar las llamas, así que se hizo más oscuro pero podía ver todos los demonios a lo largo de las paredes; ellos tenían un poder asombroso. Yo me pregunté quién podría pelear contra estas criaturas. Nadie puede pelear contra ellos.

(Sin Esperanza)
Pero ese terror era tan aplastante que ni siquiera podía soportar tolerar el miedo.
Pero lo peor de todo en el infierno, peor que los tormentos y demás, era que yo entendía que la vida seguía su curso aquí en la tierra, y que las personas aquí –la mayoría de ellos- no tenían idea de que ese mundo existe aquí abajo.
Ellos ni siquiera saben que hay un mundo real aquí abajo y que hay billones de personas sufriendo e implorando por una oportunidad para salir de allí, pero ellos nunca tienen la oportunidad de salir.
Ellos viven con el remordimiento de no haber escogido la oportunidad de recibir y aceptar a Jesús.
Están prisioneros allí para siempre. Esto es lo peor del infierno, no hay absolutamente ninguna esperanza de salir alguna vez. Yo entendía eso. Yo podía entender y comprender lo que es la eternidad. Nosotros aquí no podemos comprenderlo. Pero yo lo entendía, y sabía que estaría allí para siempre y siempre y siempre y que no tenía esperanza de salir.

Yo pensaba en mi esposa, que nunca podría regresar con ella. Yo siempre le decía que si alguna vez nos separábamos por un terremoto o alguna catástrofe, yo la encontraría.
Pero yo no podía ir a donde estaba ella; nunca la volvería a ver, y ella no tendría ni idea de donde estaba yo, nunca más podría volver a hablar con ella.
Ese pensamiento me atormentaba terriblemente.
No había esperanza en este lugar, nunca sales de allí, ¿entiendes?
Nunca puedes salir de allí, jamás.

¿Sabes? Aquí en la tierra siempre hay esperanza. Aún las personas en los campos de concentración tenían una esperanza de salir o de al menos morir para escapar de su situación. Pero en la tierra nunca hemos experimentado una situación totalmente ausente de esperanza.

En Isaías 38:18 dice: “Porque el Seol no te exaltará, ni te alabará la muerte; ni los que descienden al sepulcro esperarán tu verdad.”
No hay esperanza, y la verdad es Jesús. Él es la verdad.

(Jesus aparece)
Iba subiendo por el túnel, aterrorizado y totalmente perdido, con miedo a estos demonios, cuando de repente, Jesús apareció. ¡Alabado sea el Señor! ¡Jesús apareció!
Una luz brillante alumbró todo el lugar, yo sólo veía su silueta, una silueta de hombre, pero no podía ver su rostro porque era muy brillante, y yo caí de rodillas y me derrumbé; no podía hacer nada, sino adorarlo… adorarlo…

Estaba tan agradecido… Sólo un segundo atrás estaba perdido para siempre, y ahora de repente, estaba fuera de aquél lugar, porque ya conocía a Jesús.
Aquellas personas no pueden salir porque no eran salvas. Yo sabía y entendía que no había salida de aquel lugar. Sólo por medio de Jesús puedes evitar ir a ese lugar;
Él es el único camino.

En Apocalipsis 1:16 y 17 dice que cuando Juan fue al cielo, él vio a Jesús y su rostro era como el sol cuando resplandece en su fuerza, y cuando lo vio cayó como muerto a sus pies.
Ahora piensas que le harías muchas preguntas, pero cuando estás frente a Él… lo único que puedes hacer es adorar su santo nombre y darle gracias por haberte salvado.
Cuando recobré mi aliento lo suficiente como para formular un pensamiento, le dije al Señor (no creo que verbalicé la pregunta, simplemente lo pensé y el Señor me contestó):

“¿Por qué me enviaste a este lugar?”

Y Él me dijo, “Porque la gente no cree que este lugar existe, incluso algunos de mis hijos no creen que este lugar es real.”

Yo estaba asombrado por sus palabras. Pensaba que todo cristiano creía en el infierno.
Pero no todos creen en un infierno literal. 
Entonces le dije: “Señor, ¿por qué me escogiste a mí?” Pero Él no me respondió a esta pregunta.
No tengo idea de porqué Él me escogió a mí para ir allí.
Yo soy la persona menos indicada para ir a ese lugar. Mi esposa y yo detestamos las películas maléficas, odiamos todo lo malo, no me gusta el verano, mucho menos el calor.
Ese lugar es mugriento, no hay orden, existe el caos total, desorden y repugnancia; y a mí me gustan todas las cosas ordenadas, y no sé por qué, pero Él no me contestó esa pregunta.

Él me dijo, “Ve y diles que yo odio este lugar, que no es mi deseo que ninguno de mi creación vaya a este lugar, ninguno.
No hice esto para el hombre. Esto fue hecho para el diablo y sus ángeles.
Tienes que ir y decirles. Te he dado boca para hablar; tú ve y diles.”

Y yo pensé para mis adentros, “Pero Señor, ellos no me van a creer; ellos van a pensar que estoy loco o que tuve un mal sueño.”

¿No pensarías esto tu?

Entonces el Señor me respondió y me dijo, “No es responsabilidad tuya convencerlos, sino del Espíritu Santo. Tú ve y diles.”

Para mis adentros, dije: “Sí, Señor, absolutamente; tengo que ir y decirles.”
Tú podrás preocuparte por lo que las personas vayan a pensar de ti; pero tú sólo tienes que ir y hacerlo, y dejar a Dios el resto.
Y le dije, “Señor, ¿por qué esas criaturas me odiaban tanto?”

Y Él me dijo, “Porque tú estás hecho a mi imagen, y ellos me odian a mí.
El diablo no puede hacer nada contra Dios, él no puede herir a Dios como tal. Pero puede dañar a su creación. Y es por eso que el diablo odia a la humanidad, los engaña, los lleva al infierno, les inflige enfermedades, todo lo que pueda hacer para dañar la creación de Dios.


(La Paz de Dios)
Dios fluía en mis pensamientos. Yo estaba inundado de pensamientos. Él me permitió tocar un pedazo de su corazón y sentir cuánto Él ama a la humanidad. ¡Fue increíble!
Yo no podía sobrellevarlo. Era tan absoluto el amor que Él tiene por la humanidad, que tú no puedes soportarlo en tu cuerpo.
Nosotros amamos a nuestras esposas, a nuestros hijos. ¿Los amas mucho, verdad?
Pues ese amor no puede compararse con el amor que Dios tiene hacia nosotros.

Su amor es infinitamente mayor que nuestro amor, y nuestra habilidad para amar.
Es como dice en Efesios 3:19, “Su amor excede todo conocimiento”, va más allá, no puedes asimilarlo. No podía creer cuánto Él ama a la humanidad, Él moriría para que tan solo una persona no vaya a este lugar. Y a Él le ha dolido sobremanera ver a uno de su creación ir a este lugar.

Al Señor le duele y llora cada vez que una persona va allí.
Él me permitió tocar un pedazo de su corazón, y pude sentir tanta tristeza de que su creación va allí.

Yo pensé, “tengo que ir y testificar, hasta mi último suspiro, para decirle al mundo acerca de Jesús, cuán bueno es Él. ¡Nosotros tenemos las buenas nuevas del evangelio, y el mundo no las conoce! Ellos lo tienen que saber. Tenemos que compartir el conocimiento, las personas no tienen conocimiento en este tema. Dios quiere que compartamos con ellos cuán bueno Él es y cuánto Él odia este lugar.

Él también me dijo, “Diles que vengo muy, muy pronto.”

Y otra vez me repitió: “Diles que vengo muy, muy pronto.”

Ahora pienso, porqué no se lo pregunté, “¿Qué quieres decir, Señor, cuán pronto…?
Así pensamos nosotros, ¿Cuán pronto? Pero no se lo pregunté. Cuando estás ahí frente a Él, no piensas en hacer preguntas, sólo deseas adorarlo. No puedes entender esta paz de Dios que viene sobre ti al estar cerca de Él, -es inexplicable.

Yo, como algunos de vosotros, he compartido momentos de alabanza a Dios y sentir su presencia en comunidad, pero no hay comparación al amor y la paz de Dios que sientes al estar cerca de
Él.
Entonces miré y vi aquellos demonios en la pared que primero se veían feroces, ¡ahora parecían pequeños! Eran enormes, pero en comparación con el poder de Dios, todo el poder creador de Dios, parecían como hormigas en la pared. Estaba maravillado. Y pensé, “Oh, Señor, ¡son simples hormigas!”

Y Él me dijo, “Sólo tienes que atarlos y echarlos fuera en mi nombre.”
Y pensé, “¡qué gran poder el que Jesús le ha dado a la Iglesia!
La crueldad de esos seres tan fieros no tenía comparación, no hay quien las venza sin Jesús. Pero con Jesús, ellas no son nada. Y yo sentí una valentía que se despertó en mí allí cuando vi esas criaturas. Era como decir, “¿Sois vosotros las criaturas que me estaban torturando y querían despedazarme? ¡venid ahora!”
Quizás tuve un pensamiento fugaz, ¿quién sabe? “¡Jesús, ves contra ellos!”

 (Saliendo del Infiernol)
Subimos a la superficie de la tierra.
Tuvimos que continuar subiendo porque todavía estábamos en el túnel.
No podía verlo más pero estábamos como en un torbellino gigante. Y aparentemente, teníamos que continuar subiendo para poder salir. Cuando llegamos al final, miré hacia abajo a la tierra, y estábamos muy alto. ¡Ver el globo terráqueo fue algo asombroso!
Yo sé que Dios me permitió ver eso. Él pudo haber salido del túnel de cualquier manera que Él quisiera. Pero pienso que Él sabía que desde niño yo quise ver como la tierra se vería desde el espacio, colgando de la nada.

Como dice la Biblia en Job 26:7,
“Extiende el norte hacia el espacio vacio; Cuelga la tierra sobre nada.”

Yo miraba y pensaba, “¿Quien sostiene todo esto? ¿Qué hace su creación tan perfecta?”
¡Dios lo controla todo! ¡El poder de Dios fluyó en mí, porque Él es asombroso!
¡Él es Todopoderoso! cada pequeña cosa está bajo su control.
Ni un solo cabello de nuestra cabeza cae sin que Él lo sepa.
Ni un ave cae al suelo sin que Él lo sepa.
Yo estaba admirado con estos pensamientos, ¡Dios tiene tanto poder!
Yo estaba sobrecogido por esto.

Y hay una texto en Isaías 40:22 que dice,
“Él está sentado sobre el círculo de la tierra.”  
Allí estaba el círculo de la tierra. Y aún me atreví a pensar, “Señor, si Cristóbal Colón hubiera leído las escrituras hubiera sabido que la tierra era redonda.”
Ellos creían entonces que la tierra era plana.
Cuando bajamos, atravesamos la atmosfera que está alrededor de la tierra.
Sabía que la habíamos atravesado.
Estando con el mismo Dios, tuve un pensamiento inocente.
Me pregunté cómo lo va a hacer para entrar en la atmosfera.
Sabemos que desde el espacio hay que penetrar en la atmosfera exactamente con un ángulo perfecto. Nosotros en cambio, lo pasamos sin ningún problema.

Hay una escritura en Salmo 47:10 que dice:
 “Porque de Dios son los escudos de la tierra”

Él está al control de todo, de todo.
Yo no quería que se fuera. Solo quería estar en su presencia.
Nos estabamos acercando rápidamente a California.
Realmente bajabamos muy rápido, como bólidos llegamos a mi casa.
Miré y pude ver a través del techo de nuestra casa, a mi mismo.
Cuando vi mi cuerpo tirado en el piso quedé estupefacto.
Ese no podía ser yo, ¡yo estoy aquí! ¡En cambio, ese era realmente mi cuerpo!
¿Nunca te has visto a ti mismo dos veces?
Ahí estaba yo tirado.

Hay una escritura donde el apostol Pablo dice que nuestro cuerpo es sólo una morada
(2 Corintios 5:1).

Eso me impactó. Yo pensé, “Eso es sólo una morada. ¡Eso es nada! ¡Es temporal! ¡Este soy yo realmente!

¡De esto se trata la eternidad, no de esta vida de la que tanto nos preocupamos!
También tuve el pensamiento de que nuestra vida es como una neblina que se aparece por un tiempo y luego se desvanece, como dice Santiago 4:14. ¡Cuán corta es esta vida!
¡Es muy corta! ¡Cien años, si es que los vivieras, no son nada! ¡Se van como la neblina!

Y pensé, “¡Tenemos que vivir para Dios! ¡Lo que hagamos aquí ahora, contará para la eternidad! ¡Tenemos que ser testigos de Jesucristo, tenemos que ir y salvar a los perdidos!”
¿Sabes? Nosotros no debemos preocuparnos por las cosas pequeñas que nos hacen sentir cansados y desmoralizados. ¡Tenemos que salir y predicar el evangelio y las buenas nuevas de salvación! Porque esto va a terminar pronto.

Yo vi mi cuerpo tirado allí y pensé que era algo así como cuando tú te sales de tu automovil y lo miras. Ese no eres tú; es el automovil que te lleva de un lugar a otro. Así me pareció mi cuerpo.
Y pensé, ¡Señor, no me dejes, no me dejes.  Quiero continuar contigo por un poco más de tiempo! pero Él se fué.
Yo me acerqué a mi cuerpo, y algo me arrastró hacia mi cuerpo. Como si hubiera sido aspirado por la nariz ó por la boca.

Y en esos momentos cuando Jesús se fué, todo el temor, tortura y tormento regresaron a mi mente.
Porque la Biblia dice (Juan 4:18 )  “el perfecto amor echa fuera el temor.”

Así que yo estuve cerca de ese  amor perfecto, y Él se había ido.
Y de pronto todo el terror y horror del infierno entraron a mi mente, y no lo podía soportar.
Estaba gritando en total agonía. Yo sabía que este cuerpo no es capaz de soportar esa clase de terror. No puedes resistir esa clase de presión. Tu cuerpo no es lo suficiente fuerte.
Así que finalmente, pude comenzar a orar pidiendo, “quítalo de mi mente”.
En una situación normal, debería haber necesitado la ayuda de un psicologo para salir de este trauma, pero Dios lo hizo, Él quitó el trauma instantáneamente.
Él dejó la memoria, pero sacó el trauma y el terror de mí. ¡yo estaba tan agradecido!

Después de esto sucedieron otras cosas. Quisiera tener tiempo para explicarlas, pero Dios me confirmó lo que había sucedido.
Si tú eres una persona que no conoce al Señor Jesús, preguntate a ti mismo:
Creo en esta gente y que lo que ellos vieron es real.
Pero aun más importante, ¿qué dice la Palabra de Dios acerca del infierno?
Quizás opines, “no, yo no creo que esto sea cierto”.
Tendrias que rechazar toda la Palabra de Dios, y todo lo que te he dicho.

¿Estas seguro que quieres perder esta oportunidad y toda tu eternidad?
Me parece muy insensato. No dejes que el diablo te engañe.
Esa criatura gigante al final del tunel, estaba riendose.
Asi es como el diablo actua cuando se entra al Infierno.
El se reirá, porque teniendo la oportunidad de recibir al Señor Jesús, lo rechazamos.
Una vez que se llega allí, ya no hay oportunidad de regresar.
No hay absolutamente punto de retorno. Te quedas ahí para siempre.

Quizás pienses. “Yo soy buena persona. Soy muy buena persona. No merezco ir a ese lugar.”
Y quizás seas muy buena persona, comparada con el resto de la gente.
Pero no es con los demás con quien debes compararte.
Necesitamos compararnos con las Leyes de Dios.
Sus leyes son mucho más altas que las nuestras.
El dice en la Biblia que si mientes una sola vez en toda tu vida, eres un mentiroso.
Si robaste una sola cosa en toda tu vida, un lápiz, dos minutos de tu trabajo, cualquier cosa robada una sola vez en toda tu vida, eso te hizo un ladrón.
Si alguna vez te enojaste sin causa, si no perdonaste a alguien que te ofendió, si tuviste deseos de lujuria por alguna mujer, si sólo lo pensaste, cualquiera de estas cosas, si lo hiciste una sola vez, eso te califica como pecador, y no puedes entrar al reino de los cielos.
Esto te demuestra como todos hemos caído y no podemos llegar al cielo por nuestros propios esfuerzos.

Tito 3:5 “No por obras de justicia que nosotros hubiéramos hecho, sino por su misericordia, Él nos ha salvado…”

Depende entonces de como compares.
Es como una mujer que vio un rebaño de borregos en un monte, y eran tan blancos y hermosos. Ella dijo: “Mira a esos borregos blancos, se ven tan hermosos, tan blancos.”  
Esa noche mientras ella dormía, nevó.
Por mañana vió a los borregos opacos, empañados, y grises comparados con la nieve blanca. Así nosotros necesitamos compararnos con Dios.
Su ley es mas alta que la nuestra. Por lo cual tenemos necesidad de un Salvador.
Nosotros no podemos llegar a Dios por nuestros méritos. No son suficientes.
Dios nos ha dado este regalo gratis.

El dice en Juan 14:6: “Yo soy el camino, la verdad, y la vida. Ningún hombre viene al Padre sino es por mí.” El es el único camino.

Si tu eres una persona que no conoce al Señor Jesús, y nunca le has pedido que sea el Señor y Salvador de tu vida.
Si tu nunca has llegado a este punto de pedirle con tu boca y decirle que venga a tu vida, hazlo ahora mismo, no dejes perder tu vida en aquel lugar.
Ahora es el tiempo y el momento de oportunidad, porque no sabes cuanto más tiempo tienes. No sabes si vivirás mañana.

Déjame decirte, en ese lugar, tan sólo el calor es horrible de soportar.
Todas aquellas personas que vimos caer de las Torres Gemelas de Nueva York, ellos se cogieron de la mano y saltaron. Cuán horrible eso debió haber sido.
Si algunas vez has estado a esas alturas y mirado hacia abajo, saltar es algo que no se puede ni pensar. Pero ellos tenían que enfrentarse al fuego de las Torres Gemelas.
En solamente cinco segundos se hubieran incinerado y eran como dos mil grados solamente.
Los científicos dicen que la temperatura en el centro de la tierra es como de doce mil grados.
Compara la diferencia.
Y alli es una situación para siempre.
Ahora es el tiempo de decisión.